sábado, 25 de julio de 2015

Me he quedado solo

Me escucho pensar. Una conversación se desarrolla en mi cabeza, debe haber unas cinco o seis voces distintas, cada una defendiendo su punto de vista con argumentos letales y palabras malsonantes. No me gusta el tema que están tratando, no me gusta que se haga una reunión en mi interior y no ser invitado.
Por si no fuese suficiente, estoy condenado a escuchar el debate tras el cristal, soy un tertuliano sin voz ni voto que a ratos va con unos y a ratos con otros. Quizá ésta vez vaya conmigo mismo, quizá sea con otro yo. La verdad es que aún no me he decidido, el tema de hoy es de los importantes, de los abstractos, de los que no se pueden describir si no es con pinceladas sobre un lienzo en blanco.

Hoy el tema a tratar es complicado de expresar, de forma que las voces están utilizando imágenes para mostrar a las demás sus opiniones. Me están poniendo una película, algunos lo llamáis "soñar despierto".

Una calle empapada, quizá alguien allá arriba ha recibido una mala noticia y al lamentarse ha precipitado sus penas sobre el asfalto. Tomo aire por la nariz y me huele a infancia, a aventura. Huele a tierra mojada. Otro gran clásico que nunca falla. Llevo los cascos puestos y los redobles me rebotan en el corazón. Ni un alma se digna a transitar la calle, estoy solo en un lugar que dista mucho de ser real para alguien más aparte de mi. Me he quedado solo. Me he quedado solo.
En un último arrebato de esperanza giro la cabeza. Nadie. Me he quedado solo. Me he quedado solo.

Entonces vuelvo a encontrarme con la página que estoy escribiendo, con el cigarro en la boca, con la desazón en el estómago. Es extraño, juraría que el corazón me late algo más deprisa de lo normal. Tal vez dentro de mi la conversación se esté poniendo interesante y he sido tan tonto de quitar el oído en el mejor momento, en el momento en que se decide mi destino.

Y es que siendo sincero, me importa una puta mierda lo que se decida, la conclusión a la que se llegue, la resolución del diálogo a puerta cerrada. Me importa una mierda porque pasado mañana todas las voces, quizá alguna más, se reúnan de nuevo a tratar otra vez el tema. Es un debate sin final, con punto y aparte para descansar, nada más.

Esclavos de nuestros pensamientos, no de nuestro corazón. Así lo veo yo, así me lo tengo que tragar porque esto... bueno, es un no parar, un te pienso y te vuelvo a pensar.

Una ligera reverencia y estallan los aplausos más cargados de sarcasmo que he podido sacarme de la manga. "¿Sabéis qué?" les digo. "Yo si sé algo con certeza, algo que jamás cambiará, algo que vosotras nunca aceptaréis por más que tratéis de solucionarme la vida. No tenéis ni puta idea".

Se desvanecen, me desvanezco, trato de trepar a un lugar donde las dudas no me agujereen el pecho, donde los miedos no sean capaces de agarrarme del tobillo en el último momento del cuento.

Las vistas desde aquí son maravillosas, no toques nada que lo ensucias.

"Cuando un hombre se sumerge en las profundidades de si mismo rara vez regresa siendo el mismo".

Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...