domingo, 9 de febrero de 2014

La fábula de lo imposible

La carne se convierte en dolor cuando las uñas se clavan con el vaivén de la cama. La luz de la habitación, la música alta y la radio apagada. Son los sabores, las texturas, los olores y esa corriente de aire que te da en la cara, suplicándote por un poco más. Es el cansancio tras días esperando, el dolor de llevar una hora remando sobre las sábanas.

Contempla, peca a peca, en absoluta soledad, el aullido más perro que la luna haya escuchado. Y el rostro.... el rostro diferente. Al mismo tiempo tan lejano y clarividente.


Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...