domingo, 19 de mayo de 2019

Apuntes Gran Reserva

Hay una ola en esta copa de vino que podría ahogarme de rojo.

Podría hacerlo por siempre y nunca viviría fuera del vientre materno.

Me siento seguro y alguien con la mano floja rompe la placenta de cristal que me transforma en superhéroe. Solo soy un anti-algo ahora. Me he contaminado con realidad y la complejidad de mis acciones navega desde la Biblia hasta Cincuenta sombras de Grey.

No puedo borrar el holocausto ni tu mirada de las cosas que han pasado y me cambiaron para siempre.

No puedo desdecir todas las quejas que la resaca de ser y estar traen a la orilla de mi boca. Quizá escupa un poco de sal, tal vez sea veneno que cure el carbón en la piel.

Ahora estoy condenado a ver llover bajo techo. Si entrecierro los ojos como cuando voy a besarte puedo notar mis huesos calarse de plomo, del tuétano al periostio. He sido un esqueleto malo y ni siquiera es Halloween

Sudo frío que viene de la tundra que me abriga por dentro.

Despacho a todos aquellos que no dudan, se retienen el llorar o tratan de cambiar la bandera del mundo de color. De verde a roja, de transitable a "precaución, vais a naufragar".

Le abro la puerta a perros y personas que saludan al entrar, en ese orden. Solo quiero a los mejores si vamos a tener que luchar contra tantos miedos y dolores. 

En ocasiones recuerdo aquel tiempo en que vivía en una copa de vino. Miro las suelas de mis zapatos y encuentro sorprendido un chicle que jamás podría haber pisado si a alguien no se le hubiese caído mi copa.

Extraño soñar entre taninos. Estoy satisfecho de poder pisar el suelo. Sueno como un cartel de autopista indicando ambos polos en el misma sentido, si me piensas con detenimiento, tengo dirección.

Gas es todo lo que necesito. Y tú, mi motor.

Podría cambiar de vehículo pero hazme el favor, no me hagas apearme, no me hagas rezar, no me hagas arrancarte, no me hagas cambiar, no me hagas llamar, no me hagas

Dame.

Color tinto escribo las horas de insomnio en las peores noches, cuadros de gotelé sobre mis ojos en el museo del techo de mi habitación. Podría decir impresionismo pero quiero tu voz susurrando rococó desde mi almohada, desde tus cojines. Tenemos que negociar eso.

Cuando vivía flotando tras el cristal de un vaso me di cuenta de algo:

"La gente ahí fuera parece tener problemas. Creo que estará bien si te tengo a ti."

Y tal vez no sea ese el mensaje que esconden las trampas de nuestra percepción, tal vez era mi visión difuminada por la grasa de la huella dactilar del borracho que me quiere beber, pero tal vez no.

Tal vez siempre encuentre un motivo pero, elijo decir, espero que tú siempre me encuentres a mi.

Solo búscame, soy fácil de encontrar.







martes, 7 de mayo de 2019

Manada

Somos dos extraños que se han conocido hasta olvidarse de quienes son.

Somos dos perros que se ladran amor.

Yo soy el que olfatea rincón a rincón buscando tu olor. Tú la que espera que la encuentren con esa pose de no te esperaba por aquí y sin embargo llevo tanto esperándote.

Somos dos enemigos que se sostienen la mirada sobre las muertes de devotos e inocentes.

Dos genocidas que se hieren.

Yo soy el del bigote de cepillo y tú el calvo con los ojos demasiado pequeños.

Somos la faraona y el emperador callando las ganas de follar, veneno en mano y dolor en el corazón oculto cuando los nuestros nos empujan a asesinarnos.

Somos dos abejas que no saben si se pelean o bailan swing sobre las flores.

Somos el espejo y la mala suerte desternillados de la risa ante la ignorancia.

Somos más de los siete años de maldición que nos han perseguido hasta el confín de aquello nos hemos atrevido a soñar a puerta cerrada.

Soy la duda, tú la certeza. A veces al revés. A veces ninguno.

Nos vi caminar de la mano y ya no sé si sucedió. Creo fue alguien más quien lo hizo, no yo.

Hay algunas cosas que me gustaría decir y no sé si son verdad. Sé que no las querrías oír. Sé las cosas que hemos firmado con silencio callar, al menos, con la boca.

Somos la fría distancia que separa dos puntos que se quieren unir. La línea recta entre tu boca y los latidos de un corazón que esperaba desbocado y encontré remanso de certeza y serenidad.

"Lo sabía" siendo las palabras que una de mis voces quiere gritar.

"No sé por qué te sigo" siendo la duda que una de mis voces cuela entre mi yunque y mi estribo.

"No me importa una mierda" dice mi razón vistiendo de blanco a tus dudas de domingo tarde y chándal.

Somos dos gilipollas que se contradicen cuando tienen las manos uno encima del otro.

Y no las apartes o podría replanteármelo todo desde el principio. Sería capaz de pensarte la mitad restante de mi vida y llegar mal y tarde a una capilla en algún prado de película para gritarte que volvemos a estar en las mismas y decirte todo aquello que firmamos con silencio jamás verbalizar.

Dices que nunca te escribo bonito. Ojalá pudiera leerte lo que tú me escribes por dentro.

Somos dos perdices que intentan no ser devoradas.

Yo tengo miedo y tú no.

Tú eres preciosa y yo soy suficiente. Por mí, genial.

Somos dos personas que se piensan, hieren, miran, entienden, discuten, lloran, abrazan, sienten.

Y aun sin haberlo dicho aquí mancho mis pensamientos, gritándote que.


Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...