sábado, 12 de mayo de 2018

Mi vitrina

Me felicitan por aquel futuro en que lo he conseguido y vuelvo a casa con un mechero que no es el mío.

Es mi premio Planeta amarillo fosforescente a mitad de gas.

Esbozo una sonrisa desorbitada con el parque como campo y mis colmillos como largueros. Soy el portero chupasangre que quería vestir de azul y la batería de preguntas que secan mis oídos la tanda de penaltis para la que no entrené.

Improviso de cuero para fuera.

Mi Copa del Rey en una vitrina en mi salón, minimalista como si me llamaran Blanca y viviera con siete enanos.

En el felpudo de entrada los primeros trozos de tela de mi Reino Patriarcal y su Infierno.

Con tanta enhorabuena la estantería de trofeos comienza a quedarse pequeña.

Dicen que estoy perdiendo el toque. Sigo peloteando con la muñeca abierta.

Mi Copa Davis con dos cohetes bajo los pies, una cinta en el pelo y la luz de la salvación reptándome por el tobillo intentando morderme el cuello para inyectar el antídoto que cure mis últimos pasos en falso, como a un resfriado persistente un abrazo efervescente de química fuerte.

Mi premio Wolf de regusto ácido en la lengua y bata blanca de composición.

Voy a regalarte un protón en la feria del pueblo. No podrás abrazarlo como a ese oso roñoso de nombre John pero dicen que siempre es positivo.

Soy un genio que saluda con una mano a Asperger y con la otra asusta al resto de la especie.

Desoigo los consejos del Consejo del Pueblo. Lo he probado y las hojas siguen danzando con el viento y siguen siendo verdes en ésta época del año, como si la realidad y sus palabras fueran cosas diferentes.

Mi ArtPrize y su sordera a los mecenas y jurados, y mis dotes de acuarela para matizarte las intenciones.
Todas las dificultades que siempre tuve para atrapar la goma de borrar y aceptar su misión.

Mi melancolía arnés de los errores que casi me cuestan la vida. No te traje a la montaña porque la parte sexy de la escalada es ser yo.

Mi premio FEDME sufriendo mareos en lo alto de la pared. Llamo al vértigo descanso y a la cama el espectáculo más peligroso del circo.

Saldado con dos ideas muertas y otra en coma.

Dicen que no pasa nada, que está bien, que solo he perdido esta vez. El año que viene todo será mejor. Sonrío y asiento seguro y ayudado por el peso de las estatuillas en mis bolsillos.

Mi Oscar, convencido de su papel. Actuación de trofeo revelación, sorpresa y regocijo tras el trailer de su interpretación. Yo digo que solo es un camión, nadie se ríe. Mal chiste, debí cambiar el sentido del humor en la última rotonda.

Mi Goya de hermano pequeño menos importante y con peor ubicación geográfica en el globo terrestre como consuelo por el esfuerzo. Recoges lo que siembras, siembras lo que puedes.

Llamaría a todo esto una aventura y al protón que te regalé un anillo de pedida de mano. Tú a mi me llamarás por teléfono desde una cabina porque tu corazón es amarillo y viejo, para decirme que toda mi vida lo intenté.

Mi Razzie convertido en un pañuelo para lágrimas. Pero no puedo llorar.

Estoy ocupado sacrificando todo cuanto tengo para llegar hasta el final mientras tu huyes por el desierto recorriendo el mundo en compañia de un tipo con bigote, atributos gigantes y mucho pelo en el pecho.

Os deseo a John y a ti unas felices vacaciones. Mandadme una postal, escribid, parad en moteles de carretera y saboread.

Yo voy a quedarme limpiando la vitrina.

Mi Vitrina, mi trofeo por la derrota.

Follad mucho, no asesinéis, ganad muchos premios.

DemostraD que sois felices y, sobretodo, jamás dejéis de intentarlo.







martes, 8 de mayo de 2018

Acerca del interior que refleja

No encuentro la magia. No encuentro las chispas, los colores y los destellos.

No puedo.

Podría escribir una novela pero simplemente no lo haré. Al menos no todavía.

Podría fingir ser un exitoso director de cine pero creo que no voy a hacerlo. No por lo de director, sino por lo de fingir.

Lo encuentro agotador pero más importante, sin un alma o incluso sin dos. Es solo un reflejo de vacío. El vacío que existe en la negación de uno mismo.

Estoy pensando en una rosa que está intentando fingir que es una margarita. Ya sabes, es roja, pero está intentando aparentar que es blanca.

Quizá no es el mejor ejemplo, quizá debí escribirlo al revés pero no voy a hacerlo. No voy a fingir que lo pensé así. Puede ser la falta de sueño poniendo mi cerebro patas arriba, creo que no me importa. Y no me gusta el distanciamiento que genera el tono de voz de los obreros trabajando juntos de noche. Están solo a un par de metros de distancia y ni un sonido se cuela entre ambos, pero se gritan.

Pienso que se alejan con la voz. Pienso que suena como si el mar fuera hueco y opaco y dos amigos que no se ven desde hace años tratasen de buscarse el uno al otro buceando, ¿sabes?

Simplemente no funcionaría. No voy a fingir que lo haría porque no lo haría.

Voy a encenderme otro cigarro.

Si lo hago lo suficientemente bajo puedo imitar la voz de personas que admiro, todas tienen que ser en inglés. Hablo de imitar. Imitar no es lo mismo que fingir. Una usa un espejo, la otra autodesprecio.

El mundo empieza a girar y yo me voy a ir a la cama.

No finjas, no te finjas. Pretender ser alguien que no eres te llevará a coger una pala y cavar un hoyo donde caerás. Las enredaderas negras de tu mente estrangularán tu corazón hasta asfixiarlo.

Ahogará la vida que hay en ti y drenará el brillo en tus ojos.

Puedes mentir a veces. Pero la mentira es como un arma, trata de apuntar a zonas no vitales. No vayas demasiado lejos con ello.

Miéntete si eso pudiera salvarte de ser absorbido por las arenas movedizas que existen en tu ciénaga.

La ciénaga de tu mente.

Píntala de verde, es un color agradable. Dale vida, no fantasía.

La vida es lo suficientemente fantástica por sí sola.

Eso no es una mentira.


Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...