sábado, 6 de septiembre de 2014

La última resaca

Como una serie de números, como un suceso de acontecimientos unidos por la férrea cadena de lo insuperable, lo inadmisible, la negación de los hechos, tan sombríos, tan mudos.

Su lengua esparcida por la habitación, piezas de un carnoso puzzle, sus palabras hundidas en charcos de gasolina. Ahogado en el foso que la muerte y su cuerpo habían formado en la cama donde días anteriores su sexo y su mujer habían puesto nombre al instinto animal. La putrefacción, el dolor y el asco, abrazados en un solo olor. 

Y cuando probé a respirar aquella estancia, la madera crujió, mis entrañas palidecieron y los miedos, mis miedos, se asomaron bajo la cama para invitarme a aquella fiesta donde nadie volvía a casa jamás.

La resaca devoró mi carne y nunca más volví a ser como antes.

- ¡Los gritos se oyen desde aquí!

Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...