sábado, 22 de junio de 2013

Extracto de Lluviosa Nueva York en Lluviosa Nueva York.

Y las palabras iban acompañadas del sonido de la máquina de escribir. Letra por letra, significado por significado. Mi vida por la tuya.
Era el momento de utilizar la balanza, de pesar el valor que me había llevado hasta allí, de medir el miedo que me había empujado a buscar hasta encontrarte. El miedo a perderte.
Estaba oscuro y un metálico engranaje rugía desde el corazón de las tinieblas. Una espesa nube en forma de humo de maquinaria limitaba mi visión. Mis pasos eran torpes y mi corazón estaba desbocado, mi cabeza desquiciada. Ya era tarde, estaba seguro.
Juegos de luces y sombras, repentinos relámpagos que chocaban contra los cristales de todas las ventanas de aquella vieja fábrica abandonada.
Ríos de depresión corrían por las calles, el repiqueteo constante de las gotas contra el metálico  techo me ponía aun más alerta.
El lugar comenzó a venirse abajo, la estructura cedió a causa del peso del agua que se había ido acumulando sobre la fábrica y las vigas empezaron a desplomarse. Tenía que darme prisa.
Entre escombros que trataban de sepultarme, corrí sin mirar atrás. Entonces les vi a los dos. Estaba harto de preguntar, de jugármela, estaba cansado de recibir una detrás de otra. Lo que estaba en juego era demasiado importante. Me limpié de la frente el reguero de sangre que manaba de mi cabeza, el cuerpo me pesaba, mi mano era demasiado lenta.
Disparé primero, pregunté después.
El armario de cabellos dorados cayó de lado con un boquete de nueve milímetros en su pectoral derecho, regalándonos un río de vino tinto.

Ella estaba inconsciente, podía ver el miedo en su cara. Parecía saber lo que estaba pasando momentos antes de que toneladas de acero se desplomasen sobre nosotros. Ya estoy en casa, cariño.

Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...