martes, 10 de marzo de 2015

Fracaso y me divierto

Y eso no está bien, lo hacemos todos, pero atento a la que te va a caer.

Resoplamos todos, como siempre nos han enseñado a hacer, cuando algo no va bien, cuando te cansas de trabajar y también de beber. Predisposición genética al hastiazgo, al ya no querer, al me he arrepentido el día después.

Y mira que todo marchaba bien, como nunca jamás ha marchado antes, y ya ha llegado el problema de turno acompañado de una serie de catastróficas desdichas dispuestas a hacer de ti un muñeco de trapo angustiado sin motivo por el que sonreír.
Y es que ante el más mínimo atisbo de alegría, que no felicidad, las cabronadas te asaltan, la gente deja de guiñarte el ojo y comienzan a estirar la pierna a ver, si con un poco de esa suerte que has empezado a perder, te caes de bruces contra el suelo o quién sabe, contra algo peor, realidad.

Y de esa forma, dispuestos a lucir como el mejor héroe de la mesa redonda del rey Rajoy, te dan la mano y te dicen que seas fuerte, que aguantes, que tienes dinero de sobra para solucinar tus problemas, para después renegar de ti a tus espaldas.

Es la vida, si no te gusta, ¿Qué haces aquí? Mira, tú te lo has buscado, no es personal pero es el momento de que acabes con Jack y su Titanic en el fondo del río, congelado bajo el ¿y si lo hubiera hecho bien? Pero hijo mío,¿qué has hecho?

Y escalas las escaleras de vuelta a casa, una a una. Esta moto es bonita, pero no te la vas a comprar, el amarillo para el ferrari y el rojo para la pared de tu habitación. "...en el coño de su madre." Y su madre despertó en mitad de la noche, retorciéndose de dolor por el baile de un objeto punzante en sus entrañas, creyéndose merecedora de todo el dolor que su organismo sea capaz de aguantar.

Las escaleras de una en una, los años de diez en diez y las hostias cada poco tiempo, no vaya a ser que, antes o después, des con la verdad, que la felicidad solo es eso que crees poder vislumbrar cuando la desgracia aún para de pie, tras la puerta, esperando contar hasta diez para golpear con sus huesudos nudillos.

Esto que has hecho no está bien, pero oye, de alguna forma hay que aprender.

Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...