martes, 15 de agosto de 2017

Soy el más listo porque escribo en un blog

No ha sido una elección, tampoco una iluminación divina en un día lluvioso. Solo abrí los ojos cuando el sol dejó de cegarme y me di cuenta. Estamos atrapados y yo tengo la respuesta. Si, lo sé, es para descojonarse, yo.

No hablo en sentido literal, tampoco literario, hago referencia a la metáfora que es nuestra sociedad. Esta información me ha llegado en forma de notitas selladas con la marca roja de unos labios que besaron el remitente y ordenaron correr al cartero.

Correr.

El "se" no lo incluyo, eso fue algo que nació de él en la triste oscuridad de su habitación.

Conseguir esta información me ha costado un par de hechizos. Ya me entendéis, de likes, de me gustas, de quizá quiera casarme contigo en una playa de Mallorca si mis pajas mentales se hacen realidad y has estado esperándome toda mi vida. Y la tuya también.

No voy a mentiros, estoy emocionado. Creo con convicción que las buena nueva os aportará algo de conocimiento sobre esta compleja máquina repleta de engranajes que nos conecta a todos y cuyo funcionamiento parece continuar siendo un enigma gigantesco en forma de tela de araña.

Pensad en este mensaje como si de una serenata se tratase. Imaginad, con lo que a estas alturas os quede de imaginación, que contemplo anhelante vuestro rostro asomado a la ventana desde la calle y os canto todo esto alma en grito, en ebullición, que estoy caliente como un perro tostándose bajo el sol. Podéis imaginarme con un estúpido gorro en la cabeza a lo trovador que hace brillar aún más el ridículo tamaño de mi nariz y un ramo de flores prefabricado que he comprado con fervor en la floristería de la calle de al lado, esa en la que jamás habéis entrado, con la pura intención de conquistaros con mi verdad.

Os cuento.

Nada pasa porque tiene que pasar.

¿Lo he cantado bien? Creo que he desafinado un poco al final pero os he transmitido el mensaje de la mejor manera que se me ha ocurrido. Si hubiera perdido mi civismo al salir de casa esta mañana probablemente mi mensaje habría sonado diferente, más a guantazo que a serenata, más sonoro y menos melódico quizá. Lo sé, he sido un poco grosero, pido disculpas. Aún estoy aprendiendo a controlar mis impulsos, coño, joder.

No nos salgamos del guión, pues eso, nada pasa porque tiene que pasar.

No voy a discutirlo, vivir en confuso y aterrador, algunos necesitan excusas, otros a Dios. Para mi es "me duele la tripa y se ha muerto mi tatarabuela, imagina cómo estoy, pídeme perdón por haberme molestado". Más o menos creíble para la otra persona, totalmente convincente para uno mismo. Principalmente porque no importan las palabras, la excusa, el amigo imaginario de barba blanca o la máxima "si ha pasado tenía que pasar", lo que de verdad importa es la acción, el acto, la voluntad de engañarse.

Lo que cuenta es el gesto de engullir el caramelo blanco y relajarse confiando en que todo está solucionado. Un ibuprofeno y las consecuencias de estar vivo se desinflaman. "Ya no parecen tan grandes".

Espera, espera un momento. Sé lo que estás pensando. "Qué listo es el tío, cree que le está enseñando algo a alguien, cree que es el más listo porque escribe en un blog".

A ti, que eres tremendamente audaz y si no se te hubiesen adelantado habrías descubierto América en moto de agua nada de esto te suena a nuevo pero te prometo que algunas personas no han tenido la oportunidad de replantearse una cosa así.

"Me ha dejado, no era para mi. Me han echado, no tenía que seguir ahí. Ha enfermado y ha muerto, era como tenía que ser".

Me pongo tan nervioso que me tiemblan hasta los riñones. Déjame cantarte algo más. Nada tiene que pasar. El verbo tener está mal empleado. Lo que tienes que hacer es, a riesgo de sonar neandertal y un poco pandereta, echarle ovarios. Y digo ovarios que no huevos porque es igual pero más inteligente. Tienes que decir lo que quieres decir, tienes que hacer lo que quieres hacer y no porque tengas que hacerlo. Porque nada tiene que. Qué coño va a tener que pasar si ni tan siquiera deberías estar aquí, eres casualidad, eres azar, eres feo seguramente, pero tienes suerte por el simple hecho de ser algo. Y más aún por la oportunidad de poder ser algo más.

Déjame dejarte y también dejarte claro lo mucho que te quiero pegar, porque me estás calentando con esas miradas que me echas desde que he empezado a poner los puntos sobre las ies.

Podrás ser algo más cuando dejes de excusar, escudar, esconder- TE, TÚ, en gilipolleces sin fundamento. Coño, deberías escucharte a veces, suenas muy gilipollas, de verdad.

Piensa, por favor, piensa. Usa esa maldita cabeza que te cualifica como homo, hetero o bi sapiens y piensa por favor.

Eso si, tengo que avisarte. Probablemente te duela, quizá sea la primera vez que pienses de verdad. Si comienzas a convulsionar no te asustes, es lo que tiene hacerlo todo de golpe, puede suponer un shock inicial. Quizá sientas también que el universo se abre ante tus ojos y su belleza te deja babeando como a una de esas personas que no dosifican bien su propia saliva, quizá des un poco de asco, pero nada grave. Los beneficios que reportará a tu vida compensará que en ese momento nadie quiera acercarse a ti porque serás tú quien estará más cerca de si mismo de lo que jamás habría imaginado.

Me estoy quedando sin voz, siempre me enrollo como las persianas, espero que con la edad se me vaya pasando y si no, tampoco es tan malo, podría estar babeándome encima, como nuestra sociedad, al darme cuenta de lo cateto que soy tratando transmitir un mensaje, grosso modo, cuando no me suelo escuchar ni yo mismo.

Jamás he tenido voz para cantar y predicar lo dejo para quien sigue buscando excusas. Yo te cuento las cosas como me las cuento a mi, con mucha mala hostia, para tontos, dando mil vueltas (es una enfermedad congénita) y de palabra modalidad escrita.

Deja de mirarme mal, la canción ha terminado, mi nariz sigue siendo enorme y tú jamás recuperarás la oportunidad de adelantarte a Colón pero, ¿sabes qué?

No, no te lo voy a decir, piénsalo.











Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...