viernes, 8 de julio de 2016

Esta es la entrada que habla de las cosas.

Esta es la entrada que habla de las cosas.

Que te follen. Y a ti también.

Veo una autopista y veo una salida. Veo un volante, una noche, cuatro farolas mal colocadas y a mi mismo alejándome con una predilecta sonrisa de "os he jodido".

La novela está por ahí. Si, está parada, ¿qué coño te pasa a ti en la cara? ¿Qué miras, gilipollas?

Tengo la pierna repleta de picotazos y necesito pañales. Sufro diarrea mental y me gustaría poder mantener cierta higiene mientras me cago en vuestras putas madres. No por nada, para después no oler mal.

¿Después, cuándo? Cuando tenga otra cita, con otra, otra, otra, otra. Otra vez, otra persona, otra hostia, otra para nada, otra me ha sobrado ese comentario pero me da igual, otra demasiado tal o demasiado cual. Otra vez otra. Perdona otra vez, ¿te llamabas?

Me dan vuelta las caras, los momentos, las conversaciones sobre religión, filosofía, la ropa interior o el tamaño de mi miembro. Schopenhauer se dejó arrastrar por la voluntad, pero nadie sabe cuánto le media el rabo, ¿verdad?

Raro, me siento raro.

- Pues para sentirte tu raro.... que la rareza es el ecosistema por el que vagas buscando una no respuesta a nada.... la cosa se pone seria - me analiza el socorrista.

- Te diría que me siento mal, pero estando mal me siento bien - le contesto.

¿Algún problema de índole sexual estos días? Mi vida está haciendo un squirting y yo todavía no me voy a correr, querida.

¿Y a quién le importa?

- Pero Edu, tú eres un vagabundo de la existencia, necesito consejo.
- Soy el vagabundo de la existencia que se quedó sin abrigo en la noche más fría del año. No me mires en busca de respuestas.

El simple hecho de vagar no aporta conocimiento, pienso mientras me arrasco los picotazos dejándome la pierna en un rojo fuego que podría fraguar la mejor de las espadas.

Y casi sin darme cuenta me ha dejado de apetecer lo que me molestaba no poder hacer y me encuentro en un plano existencial donde el mayor placer es echarme crema para las heridas de guerra que me han dejado los mosquitos.

Vale, quizá yo tenga parte de culpa... o no. ¿Fuí yo llenando demasiado un vaso bajo un grifo que goteaba constantemente o fue el grifo goteando el que lo mandó todo a la mierda?

¡Nos hemos colmado! ¿Y sabéis qué? Tras el colmo viene algo similar a la calma, una euforia que te empuja a actuar cuando la relevancia de tus actos te importa lo mismo que la hormiga que has estado a punto de pisar. ¿La has evitado verdad? Yo creo que la he aplastado (carita triste emoticonil).

Ya me pica incluso donde no me han picado, no existe responsable ni emisario ni visir ni populacho. Existes a duras penas, colega, déjate de cuentos y que te follen.

Joder.




Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...