jueves, 14 de julio de 2016

Demoliciones y radiografías

Dinamitar. Colocar explosivos en una infraestructura, pongamos, por ejemplo, mi corazón. Crear un accionador, un dispositivo de acción remota, un detonador. Digamos que el detonador es tu mirada. Acordemos que no sea cualquier mirada para que pueda mirarte sin miedo a volar por los aires, como personas normales, ya sabes. Entonces, en algún momento, uno que yo no sabré y tú no se si sabes, me mirarás. Lo harás y será diferente.

No estaremos hablando de nada especial, no será sobre el amor ni la vida ni el universo, me dirás algo y giraré mi cabeza hacia ti. Me topare con tu cara, esa que no esperé que tuvieras, y me devolverás la mirada. Y tropezaré contigo, otra vez. Chocaré de bruces contra ti manteniendo una distancia de seguridad y aún así, sin moverme ni un centímetro, chocaré contra ti. El silencio será la música del momento, la calma previa a la tempestad, el punto y aparte antes del siguiente párrafo.

Y continuaremos aquí, sin hablar por unos pocos segundos. Tú porque estarás ocupada atravesando mi alma, yo porque estaré ocupado intentando no partirme en dos. Yo porque estaré ocupado explotando y siendo demolido y arrasado y volando por los aires contenido en este cuerpo de carne y piel. Y esperando una taquicardia no seré capaz de escuchar un solo latido y me acojonaré, lo haré por no saber si quiera si sigo vivo. Y te preguntaré si tengo cáncer, si debería dejar de fumar ya, te preguntaré porque serás la única persona capaz de realizar una radiografía en plena calle, sin instrumento, sin intención de dejar sin aliento.

Y lo volcaré todo en un folio en blanco y me vaciaré por dentro. Y estoy bien y sigo entero y mi novia me preguntará qué coño estoy haciendo.


Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...