No me ralles la puerta del coche con tus medias verdades,
no me regales sofismas envueltos en plástico
que ni yo ni la Tierra queremos.
Deja de contaminar.
Déjame en puto paz.
Je ne t'aime pas.
no me regales sofismas envueltos en plástico
que ni yo ni la Tierra queremos.
Deja de contaminar.
Déjame en puto paz.
Je ne t'aime pas.
Te estoy gritando mientras corro una maratón
alrededor de un hígado que se está muriendo.
Se llama víctima. Tú, asesina. El arma, alcohol.
Déjanos en paz, a todos.
Déjanos cerrar el párpado ni que sea de forma tenue y fugaz,
deja de rutilar,
deja de gemir,
deja de jodernos.
Permítenos olvidar que existes en una inhalación sincera.
Crucifícame a chistes en alta mar,
dame un hijo que parir,
anégame en el petróleo de los insultos que proferí contra ti la noche que partiste mi vida en seis porciones de pizza.
No me sale salir, no por si te veo y te pongo a parir.
Dile en qué formas planeas hacerle la vida imposible,
conviértelo en poeta mediante tus desnudos Helenéicos.
Hazlo un Rolling Stone camino a Troya.
Dile que piensas fumártelo.
Chasquéale los dedos.
Que corra, que coja el palito, que coja el puto palito con los dientes.
Que te mueva el rabo entre los dientes.
Dile que vas a comprarle la imaginación y vas a encerrarla con el genio
en la lámpara que tu madre nos regaló de su viaje al continente moreno.
Eres un infierno con clítoris.
El final de los humanos y el principio de algo más.
Estoy estudiando ciencia para destruirte.
Quiero ser el hombre agua y extinguirte.
Voy a ser el supervillano al que todos aplaudan.
Voy a reaprender a tocar el piano para matarte a bemoles.
Voy a mutearte, silenciarte, dejarte sin habla corchea a corchea con mi piano de polla.
Vamos a rezarnos y que gane el mejor.
Eso si, después necesito que te calles, abras, te apartes
y dejes al pájaro que un día creamos
pluma a pluma
echar a volar
dirección L.A.