Pasan página todos ellos mientras escuchan seseos anunciar la compadecencia por tan inmensa perdida. Bésame el culo, aprendí a contar con Barrio Sésamo, cuando los parques tenían color, donde aquello era todo carcajada y plástico calámbrico.
Los tiempos oscuros me han aletargado, ni los pasos ni las voces llegan a el baúl insonorizado.
Y a estas alturas, le pido al dromedario que me acompañe cuando la madera se pudra y los árboles se desnuden.
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Fuck.