lunes, 25 de julio de 2016

Me gusta conversarte

Me gusta conversarte. Pelear palabra a palabra. sin golpes, sin rodillazos en la cara, sin malos tratos.
Me gusta conversarte. Estirar mis vocales hasta acariciarte, preguntarte y dejarte responder para bien.
Me gusta conversarte. Sisear y maniobrar con mi lengua y mis cuerdas vocales para contarte, decirte.
Me gusta conversarte. Molestar, preguntarte, hacerte pensar y desencajarte, verte mirarme y esperar.
Me gusta conversarte. Respirar argumentos y coherencia y entendimiento en la diferencia, rebatirte.
Me gusta conversarte. Hablar con los ojos y que me ganes en una pelea de épicas proporciones.
Me gusta conversarte. Esperar a que te reorientes y encuentres calientes las palabras que sientes.
Me gusta conversarte. Tocar el espacio entre nuestras opiniones con sugerencias y revelaciones.
Me gusta conversarte. Dar cinco sílabas por cada cuatro que me envías, que suenen bien.
Me gusta conversarte. Alquilar un par de horas al tiempo para conectar nuestras mentes en voz alta.
Me gusta conversarte. Componer una conversación y entre los dos dibujar su pentagrama.
Me gusta conversarte. Besar con mis labios la vibración de lo que digo sin haber pensado antes.
Me gusta conversarte. Jugar con los verbos y pintar los adjetivos de calificativos exagerados.
Me gusta conversarte. Mirar lo que dices y vigilar lo que te digo.
Me gusta conversarte. Creer que con cada palabra las posibilidades se tornan más y más infinitas.
Me gusta conversarte. Dibujar un puzzle donde tu voz y la mía encajen como dos piezas imperfectas.
Me gusta conversarte. Recordar al terminar que lo que quería decir quedó en el tintero y tú en mí.
Me gusta conversarte. Llamar a las cosas por su nombre y que me llames imbécil cuando lo soy.
Me gusta conversarte. Competir en un juego invisible con piezas de marfil donde gana el que puede.
Me gusta conversarte. Saber hacer las pausas para coger aire y contraatacar.
Me gusta conversarte. Querer que me hables y escucharte para siempre en un debate eterno.

Me gusta conversarte. Conversar para que peleemos, nos estiremos, siseemos, molestemos, respiremos, hablemos, esperemos, toquemos, demos, alquilemos, compongamos, besemos, juguemos, miremos, creamos, dibujemos, recordemos, llamemos, compitamos, sepamos y queramos. Me gusta conversarte porque podemos. Me gusta conversarte porque quiero.


jueves, 14 de julio de 2016

Demoliciones y radiografías

Dinamitar. Colocar explosivos en una infraestructura, pongamos, por ejemplo, mi corazón. Crear un accionador, un dispositivo de acción remota, un detonador. Digamos que el detonador es tu mirada. Acordemos que no sea cualquier mirada para que pueda mirarte sin miedo a volar por los aires, como personas normales, ya sabes. Entonces, en algún momento, uno que yo no sabré y tú no se si sabes, me mirarás. Lo harás y será diferente.

No estaremos hablando de nada especial, no será sobre el amor ni la vida ni el universo, me dirás algo y giraré mi cabeza hacia ti. Me topare con tu cara, esa que no esperé que tuvieras, y me devolverás la mirada. Y tropezaré contigo, otra vez. Chocaré de bruces contra ti manteniendo una distancia de seguridad y aún así, sin moverme ni un centímetro, chocaré contra ti. El silencio será la música del momento, la calma previa a la tempestad, el punto y aparte antes del siguiente párrafo.

Y continuaremos aquí, sin hablar por unos pocos segundos. Tú porque estarás ocupada atravesando mi alma, yo porque estaré ocupado intentando no partirme en dos. Yo porque estaré ocupado explotando y siendo demolido y arrasado y volando por los aires contenido en este cuerpo de carne y piel. Y esperando una taquicardia no seré capaz de escuchar un solo latido y me acojonaré, lo haré por no saber si quiera si sigo vivo. Y te preguntaré si tengo cáncer, si debería dejar de fumar ya, te preguntaré porque serás la única persona capaz de realizar una radiografía en plena calle, sin instrumento, sin intención de dejar sin aliento.

Y lo volcaré todo en un folio en blanco y me vaciaré por dentro. Y estoy bien y sigo entero y mi novia me preguntará qué coño estoy haciendo.


viernes, 8 de julio de 2016

Esta es la entrada que habla de las cosas.

Esta es la entrada que habla de las cosas.

Que te follen. Y a ti también.

Veo una autopista y veo una salida. Veo un volante, una noche, cuatro farolas mal colocadas y a mi mismo alejándome con una predilecta sonrisa de "os he jodido".

La novela está por ahí. Si, está parada, ¿qué coño te pasa a ti en la cara? ¿Qué miras, gilipollas?

Tengo la pierna repleta de picotazos y necesito pañales. Sufro diarrea mental y me gustaría poder mantener cierta higiene mientras me cago en vuestras putas madres. No por nada, para después no oler mal.

¿Después, cuándo? Cuando tenga otra cita, con otra, otra, otra, otra. Otra vez, otra persona, otra hostia, otra para nada, otra me ha sobrado ese comentario pero me da igual, otra demasiado tal o demasiado cual. Otra vez otra. Perdona otra vez, ¿te llamabas?

Me dan vuelta las caras, los momentos, las conversaciones sobre religión, filosofía, la ropa interior o el tamaño de mi miembro. Schopenhauer se dejó arrastrar por la voluntad, pero nadie sabe cuánto le media el rabo, ¿verdad?

Raro, me siento raro.

- Pues para sentirte tu raro.... que la rareza es el ecosistema por el que vagas buscando una no respuesta a nada.... la cosa se pone seria - me analiza el socorrista.

- Te diría que me siento mal, pero estando mal me siento bien - le contesto.

¿Algún problema de índole sexual estos días? Mi vida está haciendo un squirting y yo todavía no me voy a correr, querida.

¿Y a quién le importa?

- Pero Edu, tú eres un vagabundo de la existencia, necesito consejo.
- Soy el vagabundo de la existencia que se quedó sin abrigo en la noche más fría del año. No me mires en busca de respuestas.

El simple hecho de vagar no aporta conocimiento, pienso mientras me arrasco los picotazos dejándome la pierna en un rojo fuego que podría fraguar la mejor de las espadas.

Y casi sin darme cuenta me ha dejado de apetecer lo que me molestaba no poder hacer y me encuentro en un plano existencial donde el mayor placer es echarme crema para las heridas de guerra que me han dejado los mosquitos.

Vale, quizá yo tenga parte de culpa... o no. ¿Fuí yo llenando demasiado un vaso bajo un grifo que goteaba constantemente o fue el grifo goteando el que lo mandó todo a la mierda?

¡Nos hemos colmado! ¿Y sabéis qué? Tras el colmo viene algo similar a la calma, una euforia que te empuja a actuar cuando la relevancia de tus actos te importa lo mismo que la hormiga que has estado a punto de pisar. ¿La has evitado verdad? Yo creo que la he aplastado (carita triste emoticonil).

Ya me pica incluso donde no me han picado, no existe responsable ni emisario ni visir ni populacho. Existes a duras penas, colega, déjate de cuentos y que te follen.

Joder.




Eclipse

Hay un caballo corriendo en mi mente. Se aleja de mi frente al galope y cabalga sobre los cuerpos callosos, las circunvalaciones de mi encéf...